lunes, 31 de agosto de 2015

Tareas compartidas sobre la franja de Sholst, 1947: hasta la culminación del conflicto, cada uno de los frentes se sostuvo como pudo, y para cada bando el árido desierto jugó sus más devastadoras cartas. El deterioro del material en medio de brutales tormentas de arena y calor asfixiante fue una verdadera pesadilla. Algunos aparatos fueron introducidos al teatro de operaciones sin capacidad suficiente, esto no era ignorado, pero a la pérdida de aparatos en combate, por accidentes o averías, otros tomaban su lugar a la espera del verdadero reemplazo: esto significaba que era obvia su pérdida una vez entrados en actividad. Aquí un Weif 195A en apoyo a infantería mecanizada: sufrieron terribles daños a causa de la arena y el intenso calor, para lo que fue introducida la versión "D". Este aparato y el VA344 lucen desproporcionados numeros de identificación mientras operan en un aeródromo como interceptadores de defensa. El "Chingolo", sin descanso operaba como alerta temprana en torno a los aeródromos, avisando de posibles ataques. En varias ocasiones, se alejaban riesgosamente, apostando a su fabulosa maniobrabilidad y prestesa de la respuesta de los interceptadores que venían en su ayuda. Es destacable el extraño tren de aterrizaje del Azotador, solución al problema que acarreo la posición de las alas sobre la proa.



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