viernes, 13 de mayo de 2016

Un VA 600 del Arma Aérea Naval de Lighot integrante de una de las tantas alas de interceptación en ese archipiélago desplegadas en toda la costa de la isla, operó hasta la década del noventa gracias a su fabulosa velocidad capaz de acercarlo a su objetivo con inigualable presteza. El Tunguska fue de los aparatos más utilizados en los dos archipiélagos, operativo aún en algunos escuadrones de reserva de varios países. El Espada de hielo logró, gracias a sus mejoras, abortar la puesta en operatividad del 928 como su sucesor, desviando su cometido a una aeronave de patrulla e interceptación, condicionando sobre la marcha su estructura y motorización.






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