domingo, 30 de abril de 2017


El dragón de Ásaka y la flor de Zowndia distinguen a estos W212, W308 y VA7D. La actividad sobre el mar es más que elocuente, y la prueba de fuego de cada aparato fue su capacidad sobre el mismo. Todos, con mayores y menores modificaciones, se adaptaron a operar desde portaaviones. En el caso del W308 este proceso fue bastante más complicado de lo que se pensaba, en cambio, y contra toda especulación, la adaptación del 7D a una cubierta en mivimiento y con cortos recorridos para el despegue y aterrizaje, fue tan simple como implementarle un gancho de apostaje.

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