Aunque durante los primeros años de la GGA el 173F fue un avión sumamente rápido y evasivo, ya para 1946 eran riesgosas sus misiones de reconocimiento. Igualmente continuaron operando con este cometido, aligerandose su peso en todo lo que fuera posible y potenciando los motores con nuevos accesorios.
El caza pesado 508L tuvo que dejar su puesto al nuevo 608A, llegando a casi 90 aparatos construidos.
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